Las gemas y la gemoterapia
Los minerales poseen la poderosa energía proveniente del corazón de la Madre Tierra, quien los nutre durante millones de años hasta su completa formación. Por este motivo su campo de energía es muy fuerte. Ellos reciben, transforman, almacenan y transfieren la energía. Cuando nos conectamos amorosamente con ellos se muestran como verdaderamente son, nuestro mejor aliado en este tránsito que denominamos vida. Las gemas son un grupo de minerales (más concretamente cristales de minerales) que destacan por su belleza, y que por ello son utilizadas en joyería y como ornamentos. También reciben el nombre de piedras preciosas.
Cada persona posee además de un cuerpo físico otros siete cuerpos que no son visibles para el ojo humano, si para el vidente o cámaras especiales como la denominada Kirlian. Estos cuerpos nos envuelven y protegen como las capas de una cebolla.
Las gemas protegen nuestro campo áurico de energías dañinas, nos ayudan a sanar en cuerpo y, alma y a evolucionar espiritualmente. El maravilloso poder de las gemas radica en que no actúan directamente sobre el cuerpo físico, sino desde los otros planos o cuerpos más sutiles, canalizando su fuerza radiante de luz sobre nuestro espíritu, afectando de manera indirecta el cuerpo, que es en definitiva energía más densa.
Desde tiempos inmemoriales, la mayoría de nuestros aborígenes americanos se valían de los cristales para ver en ellos sucesos futuros o del pasado. Los mayas utilizaban esos minerales para diagnosticar y tratar enfermedades.
La medicina ayurvédica hindú, como también la de los egipcios, conocía el arte de fabricar diluciones con piedra machacada que utilizaba para tratar diversas dolencias, suministrándolas en gotas, como en la actualidad se utilizan las plantas en homeopatía, o las esencias florales en la terapia vibracional complementaria. También se utilizaba polvo de gemas con incienso aromático, plantas mágicas, resinas como el copal, la mirra o el olíbano, para emplearlas en rituales de alta magia como figura en la filosofía oculta, de Agripa, o en las famosas Clavículas, de Salomón.
Los grandes magos, los verdaderos magos, como Merlín, utilizaban una vara con gemas para potenciar sus actos mágicos. Eran y son indispensables para chamanes, sanadores y sumos sacerdotes. Son también símbolos de poder y nobleza, motivo por el que reyes y reinas lucen coronas y cetros de mando adornados con valiosas gemas.
La amatista es la piedra del alma, de la ternura y la transformación. Infunde serenidad y ayuda a superar miedos. Es la piedra ideal para ayudar en las adicciones.
Las gemas existieron antes que nosotros, y siempre fueron mencionadas tanto en libros sagrados como en las misteriosas leyendas, y le sirvieron al hombre como protección, elevándolo a niveles superiores de conciencia, ayudándolo a restablecer su salud, acompañándolo en el viaje final (como los egipcios, que le colocaban a sus momias, entre otras joyas, un anillo tallado con el escarabajo pelotero porque creían que conducirá al difunto a un buen descanso), y por sobre todas las cosas, enseñándole el camino de la verdad.
La energía de las gemas y la energía estructural
La terapia estructural y piramidal se apoya en la idea de que a forma puede ejercer efecto en el estado físico, emocional y energético de la persona. Esto ya era utilizado por los antiguos. egipcios y babilonios, quienes se valían de las formas para realizar todo tipo de curación.
No es casual que la gran pirámide de Keops se encuentre alineada exactamente hacia el verdadero norte magnético y está emplazada justamente en el centro de la masa terrestre de nuestro planeta Tierra. También se dice que en épocas remotas estaba cubierta de cristal. Como tampoco es casual la exactitud métrica de sus medidas. Los egipcios conocían el valor de las proporciones benéficas en los procesos curativos.
Existen también otras formas en las que se pueden percibir efectos energéticos estructurales, como en la mayoría de las catedrales y las mezquitas.
Los chinos conceden gran importancia a las formas y su ubicación en el espacio a través del arte denominado feng-shui (arte de ubicar los muebles y objetos en un ambiente para que la energía circule libremente y no se estanque).
En la India y el Tíbet es conocido el poder que ejercen las formas en la mente humana, a través de los yantras y mandalas La palabra «yantra» deriva de la raíz «yam» (retener, conservar, guardar) y el sufijo «tra»(instrumento que libera de los encadenamientos). Los componentes básicos son el triángulo apuntando hacia arriba, el triángulo a hacia abajo, el circulo, el cuadrado y también los pétalos de loto.
El Yantra se realiza desde el punto interior hacia fuera y desde el punto más externo de la circunferencia hacia adentro. Una variante más compleja del Yantra es el denominado Mandala (circulo).